Por fortuna el viento no se lo llevó todo y mis ganas de escribir vuelven con más fuerza que nunca. Ya tengo en marcha mi nueva novela, eso sí, las circunstancias me han obligado a cambiar de escenario, porque escribir con la trama centrada en Barcelona, y parte de mi alma allí, me impedía avanzar. Pero como por encima de todo soy mujer de recursos, me voy a Getafe, que es un pueblo que siempre me ha gustado. Tiene aires de ciudad y funcionamiento de pueblo. Ahí tenéis su Cibelina, que no quiere emular a la Cibeles porque ella tiene personalidad propia y no lo necesita.
Paseando sus calles y leyendo su historia, la trama se iba dibujando como si alguien me estuviera contando una historia al oído. Yo solo tuve que dejarme llevar. Los personajes aparecían como por ensalmo, con sus caras serias al principio, circunspectas más tarde y laboriosas al final. Empezaron a trabajar sin que yo les tuviera que decirlo que debían hacer.
No voy a adelantar nada porque todos los escritores saben que se gafa la historia, pero os diré que será como siempre, policiaca clásica. No género negro, que no es lo mío, por más que la gente se empeñe en considerar todo lo que contiene un muerto como negro. Negra es la vida, no mis novelas, porque yo restituyo el orden, apreso a los culpables, la policía triunfa y la sociedad respira aliviada, como tiene que ser. ¿O debo decir tendría? Bueno, demos un margen a la esperanza.
Paseé también por la calle Churruca, en la que se encuentra la comisaría y pude saber, preguntando al policía de la puerta, que lleva allí muchos años, así que no hay miedo a meter la pata. Las casitas de enfrente también me gustaron mucho y creo que algo tendrán que ver. En fin, que estoy contenta.
De vez en cuando hago turismo por Madrid, que no sabía yo que era tan bonito, y me hago fotos. Os dejo una que me encanta, porque además se nota que he perdido algún kilo por el camino.
Y eso es todo por este mes, que ya lleva retraso.
Ya os contaré mis viajes, tengo previsto uno a Tenerife y desde allí a Fuerteventura. Volveré a pasear las calles de La Laguna, la playa de Las Gaviotas, Benijo, El Puerto de la Cruz... Y tantos y tantos lugares que me traen muy buenos recuerdos, de unos años que viví cobijada por sus paisajes.
Hasta siempre
Quizás Barcelona, fuera el punto y final de las novelas anteriores, pero puedo asegurar y aseguro, que a una grande de la novela policíaca como tú, ese detalle no le supone gran problema y lo supera con creces. Malos y policías están por toda España. Lo importante es el contenido y en eso eres única. Un abrazo desde la tierra de Jovellanos.
ResponderEliminarCon estas inyecciones de moral se me queda pequeño el teclaro. Muchas gracias y un gran beso, Mirella.
EliminarMe ha encantado tu artículo Merecedes, muy bueno y que gusto que andes tan cerca de mi casa, de haberlo sabido me habría acercado. Me alegra saber también lo de tu novela, no sé si será la continuación del Asesino del Ajedrez, desde luego tengo muchas ganas de saber qué pasa. Un beso
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Te diré que es la novela la que vive en Getafe, yo no. De todas maneras tengo que volver por allí para seguir indagando sobre el terreno, te aviso y tomamos un café. No es continuación de Ramona, de momento la dejo descansar. Ya seguiré con ella, pero ahora necesito cambiar el chip y los personajes anteriores no me ayudan.
EliminarHe eliminado el comentario porque en vez de responder había iniciado uno nuevo. Que nadie piense que censuro.
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ResponderEliminarMe alegro de que en Getafe hayas encontrado el lugar para la tu nuevo libro. Un besazo.
ResponderEliminarEn Getafe el entorno y en nuestra amiga Mónica, las ideas. Tenemos que vernos y que tú estés también.
EliminarAnda que no tienes cosas que descubrir por los madriles... Te van a dar más de un escenario, ya lo verás. Me alegra que estés escribiendo con ánimo y entusiasmo. Un besazo enorme.
ResponderEliminarCita.
Mi colega Cita por aquí, ¡qué alegría! Poco a poco voy entrando en esta hermosa ciudad y me gusta perderme por sus calles. No sé donde iré a parar dentro de un tiempo, pero ahora estoy aquí y pienso disfrutarlo.
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