viernes, 10 de octubre de 2014

Casa 42. El primer día del resto de mi vida

Pue sí. Hoy empieza el primer día del resto de mi vida, porque de esta casa me llevan al desguace. Ya no me muevo más. Esta vez ha estado a punto de terminar con mis huesos y la carne de alrededor en un psiquiátrico. Tal vez lo más triste es que lo que más echo de menos de mi pasado es a Freud, mi gato. Todavía añoro su cabeza sobre la pantalla del ordenador mientras me contemplaba.
Definitivamente me quedo en Madrid, que me ha dado un abrazo de oso, como dicen ahora, pero ha dejado el madroño para no hacerme daño y me ha cautivado. He conseguido reorganizar mi vida y mi tiempo, cuando todavía tengo algunos años para realizar mis sueños, que como decía mi profesor de psicometría, "la realidad no existe, es un constructo hipotético que proyectamos al exterior y se materializa". Cada día creo más en esas palabras, porque el despacho que soñaba cuando buscaba casa es el que tengo, el barrio se parece bastante al que creé en mi fantasía. Se lo decía a mi hermana: "quiero que tenga calles pequeñas, plazas, tiendas, no estas enormes avenidas que hay en Boadilla". Pues bien, esa es una plaza, con su oso y todo para que no me olvide que estoy aquí.
De nuevo me levanto temprano, leo la prensa por internet mientras desayuno mis tazas de té, el zumo de naranja y las tostadas, que eso no lo perdono, y por fin vuelvo a vivir con mis personajes de papel, a conversar con ellos para saber qué quieren hacer cuando me disponga a darles vida. Otra vez mi tiempo libre es para la lectura, para el estudio, para esa sublimación que, a falta de realidades concretas, preside mi vida.
He intentado que no fuera así, pero he fracasado y acepto la derrota. Tal vez sea tarde para el amor o tal vez no pueda ser compatible con la vida que quiero llevar. Tampoco me preocupa demasiado, aunque si he de ser sicera conmigo misma, me falta ese rostro con el que soñar y vivir fantasías, pero a todo se acostumbra una.
Uno de estos días colgaré algunos cuadros, que todavía no sé muy bien dónde los quiero, será pronto, no me gustan las cosas a medias. El orden vuelve a ser muy importante para mí, debe entrar en el mismo paquete que la sublimación. Nos entendemos, ¿verdad?
El mes que viene os contaré cómo me va, y en qué se ha convertido ese resto de mi vida. De momento no pinta mal, un poco solitaria, eso sí, pero elegida.
¡Ah! Se me olvidaba algo importante. Hoy hace un año que dejé de fumar y ya no necesito Ventolín. No está mal.

8 comentarios:

  1. Qué bonito y acogedor parece tu nuevo despacho!
    Me alegra saber que estás bien instalada y preparada para seguir escribiendo.
    Besitos

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    1. ¡Qué alegría saber de ti! Te escribiré. Ya ves cómo han terminado las cosas. Gracias por estar aquí.

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  2. Un fuerte abrazo, Mercedes. Ojalá te vaya maravillosamente en tu nuevo hogar.

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    1. Espero que sí, Fernando. Los deseos de la buena gente como tú, casi siempre se cumplen. Felicidades por tu Capitán, todo un éxito. Un abrazo también para ti.

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  3. Si has encontrado la casa, el barrio y la soledad elegida y además, te has reencontrado con tus personajes, ya está, es tu sitio.

    Disfrútalo

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    1. Espero que sí, Mayte. La sensación al entrar cuando decidí alquilarlo, es que esta sería mi casa y en muy poco tiempo he conseguido que lo sea. Seguro que sí, este es mi sitio. Espero que lo visites cuando vengas por Madrid.

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  4. Te quiero felicitar por el año sin fumar. Vital en importancia para poder situar a tu gusto, libros, muebles y las cosas del querer.
    Una abrazo.

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  5. Pues esperaré tranquila al mes que viene Mercedes porque se que nos dirás que estas feliz, muchas felicidades por todo.
    Margari

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