viernes, 25 de julio de 2014

Candela

Año 1968, recién estrenada mi libertad
La cita de este mes también se cobija bajo el optimismo. La nueva novela está ambientada en la actualidad, sin embargo, añoro escribir mi saga de Candela Luque, a la que más cariño tengo. Será tal vez porque los años de la Transición marcaron a mi generación con el sello de la nostalgia, con lo que pudo haber sido y no fue, visto lo que tenemos hoy. ¡Quién nos iba a decir a los que cantábamos "no nos moverán" que nos moverían y volverían a engañarnos!
Aquí, ya sin melena me siento ganadora

Si cuando Raimon nos cantaba Al vent hubiéramos sabido el huracán que se nos venía encima, tal vez nos hubiéramos quedado en casa en vez de salir a la calle a jugarnos el físico, que en aquellos días las cosas iban en serio. En fin, a lo que iba.
Echo de menos a Candela porque en ella proyecto aquellos ideales que poco a poco sí se los llevó el viento, el mismo que cantaba Raimon. Candela es un persona que que quiere cambiar el mundo y no lo consigue, pero al menos sí logra no cambiar ella, que ya era mucho, para los tiempos que empezaban a correr; tengo programadas varias novelas de la saga.
El germen de lo que ahora sucede se sembró en los años ochenta, con la bonanza económica, y fue ahí donde el tráfico creció, y no me refieron a la venta de coches, sino a las influencias, que no hay semáforo que las detenga. Ahí se crearon los sobres, las comisiones, los despachos de amiguetes y todas esas cosas que poco a poco nos han llevado a la quiebra de un estado que ya no cree en sí mismo.
¿Pero qué hago yo diciendo esto? ¡Ah!, sí, hablaba de Candela. Candela es una policía que quiere encerrar al culpable sea quien sea, menos mal que ahora ya debe de estar jubilada y no puede intervenir en nada, porque a estas alturas no tendrá edad para revoluciones que, visto lo visto, nunca resulta como el revolucionario se propone. Si es que eso del poder debe ser tremendo, porque todo el que lo prueba, se engancha y su moral muere de sobredosis.
Y me despido con una alegría en el cuerpo que no quiero dejar de transmitir: hoy, 25 de julio, dos novelas de Candela comparte espacio en el TOP CIEN de Amazon, ese ranquin en el que todos queremos estar. Haberlo conseguido es uno de los placeres impagables para los autoeditados, los Indies, que dicen algunos.

2 comentarios:

  1. Pero bueeeeeno, que escondiditas tenías esas fotos, qué tipazo chiquilla!!!! La verdad es que si algunos de los que lucharon en esa época levantaran la cabeza, se volvían a morir al ver cómo está el país (y no me refiero al periódico)... ¡Enhorabuena por ese TOP CIEN! Te lo mereces ;)

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  2. Yo luché en esa época y no me muero, pero ya no creo en nada.
    Gracias, por lo de tipazo, es consecuencia de pesar casi veinte kilos menos.

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